En las ciudades de Tokio y Osaka emergió una subcultura que inspira en la comunidad chicana. Los chicanos japoneses han tomado toda esa iconografía, gustos y comportamientos para hacerlos suyos.
Lejos de ser una apropiación cultural, surge como un homenaje a los chicanos, se trata más de un intercambio cultural.
En el documental de los cineastas británicos Louis Ellison y Jacob Hodgkinson revela cómo los chicanos japoneses encarnan en cuerpo, mente y alma este estilo de vida.
La idea para el documental empezó, dijo Ellison, cuando él había decidido ir a vacaciones en Japón y pensó en hacer un proyecto en la ciudad.
Ya estando ahí un amigo le dijo sobre esta subcultura de chicanos japoneses, por lo que exploró la idea.
“Como cualquier subcultura de Japón, se dedican totalmente y gastan mucho tiempo y mucho dinero para asegurar que lo tienen correcto”, expresa.
“Sentimos empatía hacia [los chicanos] y conectamos con ellos en la forma en que expresan sus opiniones, quieren sus ‘crews’, su familia y trabajan duro en las cosas que aman”, dice un hombre en el documental.
Según su testimonio, ellos han encontrado vínculos comunes con los chicanos como el amor por la familia o la atención al detalle.
Mona a.k.a Sad Girl es una rapera originaria de Japón, pero cuya música está completamente basada en el estilo chicano, interpretando algunas partes en inglés o en español.
Su maquillaje se caracteriza por los colores oscuros, los labios pintados de negro, los pantalones holgados
Esta subcultura crea algo nuevo y agregan sus propios toques a partir de sus propias experiencias culturales.
De acuerdo con la BBC, el chicano japonés no romantiza ni incorpora el aspecto pandillero en su imitación de vida.
Las chicanos japoneses están en comunicación constante con las comunidades lowrider de Los Ángeles.
Night tha Funksta, Junichi y Mona son algunos perfiles en Instagram que muestran la cultura japonesa chicana.
¿Cómo surgió?
La identidad chicana surgió originalmente por la necesidad de una expresión común cultural, étnica y social de los hijos de inmigrantes mexicanos en Estados Unidos.
Los chicanos han sido relegados a “ciudadanos de segunda o tercera clase”. Además, cuando un estadounidense de descendencia mexicana (chicano o chicana) va a México, lo reciben como un personaje algo extraño.
Por lo que adoptaron este término de chicano o chicana, pero reforzado ahora con el significado de protesta social y de proclamación de sus derechos civiles.
El chicano japones deja de lado la cultura de pandillas, y se enfoca en una la raíz profundamente arraigada de los valores familiares.
El amor por la cultura chicana en Japón tiene que ver con comprender sus manifestaciones como símbolos de “rebelión y resiliencia”.
Fuente: Reporte Índigo